Uno de los principales problemas que preocupa a madres y padres es el cólico en sus pequeños recién nacidos. Esta dolencia es común que afecta a los recién nacidos, y aunque en la mayoría de las veces se trata de una etapa pasajera, pero puede prolongarse hasta los 3 o 4 meses. Durante este tiempo el bebé puede sufrir de episodios de dolor y llora mucho, especialmente por la tarde-noche. Sin embargo, existen técnicas para aliviar este dolor como lo es el porteo con ayuda de un rebozo. Continúa leyendo si quieres saber como lograr disminuir los cólicos de un bebé.
En los recién nacidos el aparato digestivo aún no ha madurado completamente. Debido a que hay un desequilibrio en el sistema nervioso que influye directamente en la función digestiva, este sistema terminara de madurar hasta los 3-4 meses. Además, la musculatura del intestino tampoco ha desarrollado sus movimientos habituales (llamado peristalsis) y el cardias (esfínter del estómago) no cierra por completo, por lo cual va a generar reflujo.
Los recién nacidos deben alimentarse únicamente de leche materna, es decir, no deben alimentarte de leche de vaca, ya que la mayoría de los bebés no pueden digerir la proteína de la leche llamada lactosa.
La microflora intestinal son los denominados microbios buenos del organismo que se encargan del proceso digestivo, este órgano no se ha terminado de desarrollar en los recién nacidos.
Para realizar el diagnóstico de cólicos se realiza mediante la regla de 3. Muchos profesionales siguen esta regla para hacer su diagnóstico: Un bebé sufre cólico del lactante si tiene un llanto que dura más de tres horas al día, más de tres días a la semana y que persiste más de tres semanas. Sin embargo, hay más síntomas característicos de los cólicos intestinales:
El llanto del cólico del lactante es muy agudo e inconsolable. Suele aparecer durante la tarde y la noche. Puede durar minutos u horas, pero no cesa, con lo que habitualmente consigue calmar al bebé, sino que suele desaparecer de manera espontánea. A veces, se calma tras expulsar gases o defecar, pero no tiene por qué. El bebé se estira mientras llora, aprieta los puños, se pone rojo, se revuelve como si no encontrara una postura cómoda.
El vientre del bebé tiene aspecto de balón, con tensión en la piel, probablemente con marcas muy evidentes de la presión de la ropita y el pañal.
En los bebés con cólicos es común ver cara de cansancio tras el cólico, de agotamiento, e incluso notarles muy irritables los días que han tenido crisis. Sin embargo, fuera de las crisis cólicas, el niño es un niño feliz.
Cuando se realiza el porteo en una posición vertical, ayuda a que los episodios de los cólicos en lactantes sean más leves. Portear correctamente al bebé, es decir, con la columna vertebral en forma de c, las rodillas más altas que las pompas, formando una M y la cabeza sobre el pecho del porteador, ayuda a prevenir el reflujo. Además, los bebés que son porteados descansan mejor y duermen menos nerviosos y con menos tensión. En estas condiciones hay menos posibilidades de que aparezcan episodios de cólicos.
Los principales beneficios del porteo en bebés con cólicos son los siguientes:
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