El rebozo ha estado siempre presente a lo largo de nuestra historia, pero fue un evento en particular con el cual se convierto en un símbolo de identidad mexicana.
Fue durante la revolución mexicana cuando un grupo de mujeres se levantó en armas, vestidas con faldas largas y su inseparable rebozo en el cual escondían los cartuchos de sus pistolas, estas mujeres fueron de suma importancia desempeñando el papel de enfermeras y soldados.
Descubre el origen e historia de las adelitas
Las soldaderas o Adelitas, fueron madres, hijas y esposas que abandonaron su rol y tomaron las armas para luchar en contra de la injusticia social que oprimía a los jornaleros.
Estas valientes mujeres revolucionarias casi siempre provenían de los estratos sociales más bajos, las que eran madres se hacían acompañar por sus hijas e hijos, algunos aún en su regazo envuelto en su rebozo. En la mayoría de los casos tomaban comportamientos masculinos, alejando la femineidad de ellas, para evitar sufrir maltratos.
Esas mujeres se convirtieron en referente obligado de aquella lucha armada: solidarias, valientes, entregadas, dispuestas a todo para defender lo suyo: sus pocas pertenencias, la comida que conseguían por ahí, sus hijos y su familia.
Muchas adelitas fungían como enfermeras y se dedicaron a cuidar de los heridos, algunas hicieron de espías, otras proveían de alimentos los campamentos. Sin embargo, muchas de ellas se volvieron guerreras, quienes tomaron valientemente los machetes, armas de fuego o lo que tuvieran a la mano en el campo de batalla.
La vestimenta de las adelitas era diferente según la zona de la república donde se encontraban, en el norte las tropas estaban conformadas por mujeres indígenas, criollas y mestizas; ellas utilizaban botas y sombreros tejanos. Mientras que en el sur las adelitas indígenas usaban sombrero grande, rebozo y huaraches.
No hay Revolución sin Adelitas, ni Adelitas sin rebozo. Las adelitas adoptaron el rebozo y transformaron su significado, antes de la revolución el rebozo era símbolo de pudor, durante la guerra se dejó de llevar como mero accesorio, ahora se mostraba cruzado sobre el pecho para guardar los cartuchos de munición y salir a la lucha.
Adelita Velarde Pérez fue la primera mujer cuyo nombre representaría a todas las enfermeras que presentaran sus servicios, no solo cuidar a los enfermos y heridos durante la revolución, sino también cargar armas, encargarse de los alimentos e incluso participar en batallas.
Adela nació en Chihuahua en el año 1990, a la corta edad de 14 años huyo de casa para unirse a la cruz blanca y cuando cumplió 15 años se unió a la revolución mexicana apoyando en labores de enfermería y cuidado de los heridos de la latente guerra.
El corrido nació gracias al amor de Adela Velarde con uno de los tenientes villistas llamado Antonio Gil del Río, el cual le escribió e interpretó varias canciones a su amada, sin saber que una de ellas se convertiría en el himno de la revolución.
«Y si acaso yo muero en la guerra, y mi cadáver lo van a sepultar, Adelita, por Dios te lo ruego, que por mí no vayas a llorar». En este verso de la canción, se puede apreciar el cariño que le tenía el teniente a su querida Adela y el amor durante la guerra.
Ahora ya conoces la historia detrás del origen de este corrido tan característico de la revolución mexicana y de la importancia del rebozo como símbolo de identidad de las adelitas.
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